Este era el Buick Flamingo, una mezcla entre concepto y prueba de mercado. Se fabricaron varios ejemplares (1961) cada uno con una propuesta diferente.
En este caso, eran asientos giratorios (o reacomodables) que ya antes habían sido propuestos por Packard. Aunque la idea era convertir al auto en salita de estar (como ya van a venir varios autónomos) no faltaba quien quería llevarlo a rodar tal cual.
Al cabo que la seguridad todavía ni se inventaba.