Saldrá en el próximo Salón de París.
Y la mayoría ni se dará cuenta.
Hasta hace poco, BMW descansaba en un lecho de rosas.
Todo el mundo sabía que sus coches eran realmente DIFERENTES.
¿Su ingrediente secreto? Un manejo excepcional. Pero dos sucesos contribuyen hoy en día a que los BMW no sean tan distintivos de otros:
1) La competencia ha aprendido mucho. Varios autos de su mismo rango (de precio y de prestigio) ya se manejan con igual aptitud. Incluso autos que no pretenden ser premium se manejan ya con la misma soltura, deportividad y eficiencia, como lo demuestra la gama de Mazda.
De hecho, puedes leer (el enlace violeta) el análisis COMPLETO de qué fue lo que sucedió en Béme en nuestra revista 402 de hace unos años:
https://es.calameo.com/read/000014697c1288ab46ae8
Claro, brincarán sus fans diciendo “¡no es lo mismo!“… pero sí lo es. Puesto en pasión al volante y en números, hoy otros autos se le emparejan a los de la hélice blanquiazul, si acaso exceptuando los superdeportivos que la marca bávara sigue usando como bandera de guerra pero son poco más que eso. Su gama, como conscuencia de su éxito, los ha ablandado y como ahora un alto porcentaje de sus ventas van a mujeres y a personas a las que no les interesa el alto desempeño, sino que son bonitos o son de estatus, ni se enteran. Y BMW se ha ahorrado unos pesos bajándole dos o tres vueltas a su nivel de desempeño, que era lo que la separaba del resto.
Las ventas de su Active Tourer, un auto sin complicaciones ni aspiraciones técnicas, prácticamente como cualquier Toyota, demuestran ese nuevo enfoque.